• Las entidades y casas gallegas de todo el mundo multiplican sus acciones solidarios ante la pandemia. Hoy os contamos algunos ejemplos
25
Jun
2020

Todo comenzó en un momento insospechado en un mercado cualquiera de Wuhan. Un virus con nombre de robot que vino a cambiarlo todo, aunque al principio no nos lo queríamos creer. Era poco más o menos que una neumonía. O eso quisimos entender. Y así, casi sin darnos cuenta, el mundo se paró. Primero China, después Europa, más tarde América… actual foco de una pandemia, por ahora, irremediable.

Estas semanas os hemos acercado la situación que se vive en Argentina, con el confinamiento más largo del mundo; el galope del virus en Brasil; la desesperanza que atraviesa Venezuela; o el orgullo de Uruguay, uno de los lugares donde mejor se ha combatido hasta la fecha al Covid-19.

Todos países con importante presencia de nuestra colectividad, que también sufre muchas veces sin remedio, con las casas gallegas cerradas y privadas de su esencia y sus ingresos. Una situación que, pese a todo, no ha parado el alma solidaria de cualquier gallego, de aquí o de allá. A este o al otro lado del Atlántico. Esa vocación común de ayudarse y ayudar. Una ola solidario gallega que se expande por todo el continente.  

Como la del Centro Gallego de La Plata, que cedió sus instalaciones al Hospital Español de La Plata para pudiesen ser utilizadas en caso de necesidad. O la del Centro Galicia de Buenos Aires, que también ha puesto a disposición del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y de la Municipalidad de Vicente López sus instalaciones para lo que las precisen. O la promovida por la Asociación Echando Raíces de Buenos Aires y su entrega de “Bolsones solidarios” (alimentos).

Una ola solidaria que llega también a Nueva York, donde la Casa Galicia dona comidas a hospitales, o el Club España de Newark – Nueva Jersey, lleva a cabo una campaña de recogida de alimentos para gente sin recursos. O a Nueva Jersey, donde el Centro Orensano se suma a las campañas del Banco de Alimentos.

Pero la ola no se para y llega a Venezuela, donde la Hermandad Gallega de Caracas ofrece información sobre asistencia consular, medidas preventivas y recomendaciones, y sigue trabajando en el plan de medicamentos para los hogares que más lo necesitan. Y a Uruguay, donde el Centro del Valle Miñor de Montevideo colabora con el Consulado General de España para la elaboración de la base de datos de personas vulnerables en esta crisis del coronavirus.

Estas son algunas de las iniciativas que está promoviendo la colectividad. No todas, seguro. Simplemente una muestra, a modo de ejemplo, de la solidaridad gallega en todo el mundo.También en época de Covid.

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