• Un proyecto del CSIC investiga las minas de nuestra tierra para descubrir cómo actuaron de elemento transformador del entorno en aquella época
25
Feb
2021

Un proyecto del CSIC estudia cómo la minería del oro en la Hispania romana transformó el paisaje de Galicia, mediante el análisis de muestras de las explotaciones auríferas para estimar el volumen extraído y su impacto en el territorio y la economía.

En concreto, el proyecto 'Avraria' investiga entre otras las minas de nuestra tierra, además de las de Asturias, León y Portugal. "El desarrollo de la minería antigua pudo causar la transformación del paisaje, de los usos del suelo y de la vegetación". Esta es una de las conclusiones a las que ha llegado el equipo de investigadores, apunta.

Los científicos han analizado los depósitos de agua empleados en las explotaciones mineras romanas de O Courel (Lugo) y el proyecto prevé extender el trabajo de campo a otras zonas de Galicia, Asturias, León y Portugal.

'Avraria', que comenzó en 2020 y está previsto que concluya en 2024, tiene como objetivo "estudiar la explotación del oro en Hispania y comprender los cambios que implicó sobre la organización del territorio, la estructura económica y la conformación del paisaje", explica Brais X. Currás, investigador del CSIC en el Instituto de Historia.

El fin último es disponer de una síntesis histórica que aporte una imagen global del papel desempeñado por el oro en la evolución política y económica del Imperio Romano, y de su impacto local en la configuración del paisaje.

Primeros resultados

Los primeros datos obtenidos permiten valorar diacrónicamente los cambios en las formas de ocupación y explotación del territorio gallego de O Courel desde el momento inmediatamente anterior al comienzo de las labores mineras, durante su funcionamiento y tras su abandono. "Esta zona de montaña se caracteriza por el fuerte impacto causado por la conquista romana en la organización territorial y social. Es un área que aparentemente estuvo casi despoblada durante la Edad del Hierro y que a partir de la implantación del poder de Roma experimentó una profunda transformación: se abrieron decenas de nuevas explotaciones auríferas y surgió una nueva red de poblamiento", explica Currás.

El equipo de científicos realizó sondeos en esta zona para secuenciar cronológicamente la evolución de las labores mineras y estudiar el impacto medioambiental de la explotación del oro.

"Los depósitos de agua empleados en las explotaciones mineras romanas a cielo abierto son verdaderos archivos que contienen una gran cantidad de información referente a la evolución del paisaje. En concreto, la sedimentación que se produjo dentro del vaso del depósito mientras estuvo en funcionamiento y durante buena parte del período que siguió a su abandono (cuando el agua todavía se seguía acumulando), contiene información paleoambiental extremadamente rica con datos de carácter edafológico, palinológico, carpológico y antracológico", destaca Currás.

"Ahora estamos procesando los primeros resultados de los muestreos en los depósitos de agua, y se prevé que arrojen luz sobre cuestiones que se pueden relacionar con el impacto de la minería, como una intensificación de la antropización derivada de un aumento de la densidad demográfica en zonas mineras; la transformación en los usos del suelo; la apertura de zonas de cultivo y pasto; la evolución de los procesos de deforestación; la introducción de nuevas especies o la contaminación ambiental causada por metales pesados asociados con la actividad minerometalúrgica", avanza.

Cuatro líneas de actuación 

El trabajo de campo del proyecto se va a desarrollar en España y Portugal e incluye las minas del cuadrante noroccidental de la Península Ibérica, entre ellas Las Médulas, considerada la principal explotación aurífera del Imperio Romano, y La Leitosa, ambas en León, y Montesfurados, en Galicia.

El proyecto contempla cuatro grandes líneas de actuación: la identificación y topografía de las explotaciones de oro de la Hispania romana, la cuantificación del volumen de oro extraído de las explotaciones mineras, la determinación del inicio y fin de la explotación de oro en Hispania, y, por último, el estudio del impacto medioambiental de la minería.

La investigación, que está coordinada por el grupo de Estructura Social y Territorio del Instituto de Historia del CSIC, cuenta con la participación de la Universidad de León y la Universidade de Santiago de Compostela.

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